El crecimiento de los primeros dientes es un momento emocionante en la vida de tu bebé, pero también puede venir acompañado de molestias y cambios en su comportamiento. En esta etapa, un mordedor para bebés se convierten en un aliado útil para aliviar la incomodidad y favorecer el desarrollo oral. A continuación, te contamos cuándo es recomendable dárselos a tu peque y cómo identificar si tu pequeño realmente los necesita.
¿Cuándo introducir un mordedor para bebés?
Los mordedores para bebés pueden empezar a ser útiles a partir de los 3 o 4 meses de edad, cuando comienza a explorar el mundo con la boca y ejercitar su mandíbula. No obstante, su mayor utilidad aparece entre los 4 y los 7 meses, coincidiendo con la erupción de los primeros dientes (generalmente los incisivos inferiores).
Algunas recomendaciones:
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A partir de los 3 meses: el bebé ya puede manipular objetos y llevarlos a la boca de manera intencional. Un mordedor seguro puede ser un buen estímulo sensorial.
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Durante la dentición activa: cuando empiezan a aparecer las encías inflamadas, el babeo constante y la necesidad de morder, el mordedor ayuda a aliviar la presión.
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Siempre bajo supervisión: aunque están diseñados para ser seguros, es importante que un adulto supervise su uso.
Señales de que tu bebé necesita un mordedor
La dentición puede manifestarse de diferentes maneras y no siempre resulta fácil identificar cuándo tu pequeño necesita apoyo extra para aliviar las molestias. Aunque cada bebé vive este proceso a su ritmo, hay ciertos signos frecuentes que te pueden orientar y ayudarte a reconocer si un mordedor para bebés sería beneficioso:
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Aumento del babeo: es normal que durante la dentición el bebé produzca más saliva.
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Muerde todo lo que encuentra: juguetes, manos, ropa… es una forma de aliviar la presión en las encías.
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Encías inflamadas o enrojecidas: la presión ejercida al morder objetos firmes pero seguros puede ayudar a calmar la molestia.
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Irritabilidad o dificultad para dormir: las molestias dentales pueden alterar el descanso y el humor del bebé.
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Deseo constante de llevar objetos a la boca: además de ser una forma de exploración, puede ser una señal clara de incomodidad.
Consejos para elegir el mordedor para bebés adecuado
A la hora de comprar un mordedor para bebés, no todos los modelos son iguales ni cumplen las mismas funciones. Es importante fijarse en ciertos aspectos que garanticen la seguridad del bebé y, al mismo tiempo, le brinden un alivio real durante la etapa de dentición. Estos son los puntos principales a tener en cuenta:
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Material seguro: opta por mordedores libres de BPA, ftalatos y sustancias tóxicas, como los mordedores de Sophie la Girafe.
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Textura variada: las superficies con relieves o diferentes durezas pueden masajear mejor las encías.
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Tamaño apropiado: debe ser fácil de sostener y no presentar riesgo de atragantamiento.
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Posibilidad de enfriarlo: algunos mordedores se pueden colocar en la nevera (no en el congelador) para proporcionar un efecto calmante adicional.
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Fácil de limpiar: la higiene es fundamental, ya que estarán en contacto constante con la boca del bebé.
En BB Grenadine, como expertos en productos de puericultura el mordedor para bebés que más recomendamos y más éxito tiene entre las familias en Sophie la Girafe, ya que esta además de mitigar los dolores provocados por la dentición estimula los 5 sentidos del bebé y cuando crecen, se convierte en un juguete más con el que jugar.
En resumen
Introducir un mordedor para bebés puede ser muy beneficioso desde los primeros meses de vida, especialmente cuando comienzan a aparecer los primeros síntomas de dentición, como el babeo excesivo, la irritabilidad o la necesidad constante de morder objetos. Utilizar un mordedor adecuado no solo ayuda a aliviar las molestias de las encías inflamadas, sino que también favorece el desarrollo de la mandíbula y la coordinación motora del bebé, al permitirle sujetar y manipular objetos con sus manitas.
Es fundamental observar atentamente las señales que tu bebé te da y elegir un mordedor para bebés que sea seguro, higiénico y apropiado para su edad, evitando materiales tóxicos o piezas pequeñas que puedan representar un riesgo. De esta manera, podrás acompañarlo durante esta etapa de crecimiento con mayor tranquilidad y confianza, brindándole un alivio efectivo y seguro.
Recuerda que cada niño tiene su propio ritmo de desarrollo y que la dentición no sigue un calendario exacto. Si las molestias se vuelven muy intensas, si tu bebé muestra signos de dolor persistente o si tienes cualquier duda sobre la erupción de los dientes, es recomendable consultar con tu pediatra, quien podrá ofrecerte orientación personalizada y asegurarse de que todo evoluciona de manera saludable.